Leo Messi no es el mejor futbolista de toda la historia del fútbol por capricho. Al margen de sus exhibiciones perpetuadas en el tiempo, su cúmulo de récords goleadores y su colección de títulos, el delantero argentino marca la diferencia cuando llega el momento de la verdad. Messi ha disputado un total de 17 finales desde que defiende la camiseta del Barça y solo en cinco no ha sido protagonista directo. En esos cinco casos, el argentino se quedó sin ver puerta y en tres de ellas el Barça acabó hincando la rodilla. Dos de ellas fueron con el Real Madrid como rival, en sendas finales de la Copa del Rey. La tercera, contra el Sevilla, en su primera Supercopa de Europa. Las dos únicas finales que el Barça superó sin que su máxima estrella anotara fueron en la Supercopa de España, contra el Espanyol, y en el mismo torneo, frente al Atlético.En total, Messi ha celebrado trece de las 17 finales que ha disputado. Y ha marcado en doce del total de 21 partidos que ha jugado. Su registro es de 18 goles y cuatro asistencias, una cifra impresionante tratándose de partidos, a priori, a cara o cruz. La figura del argentino ha emergido con mayor brillo cuanto más importante era la competición. Así, Leo ha anotado en las dos finales de la Champions League que ha disputado, ambas frente al Manchester United y en los dos Mundiales de Clubs. Especialmente recordado es aquel gol con el escudo que resolvió la prórroga frente a Estudiantes de la Plata y que supuso el primer título de la historia del Barça... y las lágrimas de Josep Guardiola tras lograr el pleno de títulos: seis de manera consecutiva.
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